Apenas terminó, supo que esta sería su última función. Le faltaba el aire, el espacio se hacía cada
vez más pequeño y la luz se apagaba frente a sus ojos. Cuando bajaron el telón sintió un gran alivio. Al otro lado, el público aplaudía y pedía que los actores volvieran a salir. Pero
poco antes de que el telón subiera nuevamente, cayó inconsciente entre sus
compañeros, quienes inútilmente intentaron reanimarlo. Se lo llevaron así,
blanco e inmóvil.Cuando el telón se
levantó, sus compañeros se tomaron de la mano y salieron a recibir el caluroso
aplauso con lágrimas en sus ojos. Al día
siguiente las críticas dirían que el cariño del público emocionó hasta las
lágrimas a los actores.
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