Cuando miró su reloj, comenzó a sudar... quedaban sólo 15 minutos para verlo. Se encontrarían a las tres de la tarde en el Parque Forestal, a Antonio le encantaba ese lugar...
Ella estaba complicada, no sabía realmente si lo que estaba haciendo estaba bien o si se estaba aprovechando de la buena voluntad de su amigo. Hacía días que lo notaba medio deprimido.
Ella caminaba despacio aquél día de octubre, como queriendo hacer los minutos más largos. No estaba segura de nada, pero este encuentro era su única posibilidad... Sólo tenía que pasarle a Antonio esas 300 páginas impresas que llevaba entre sus manos y que amenazaban con caer producto del nerviosismo. El viento soplaba más fuerte que en un día normal y las hojas hacían un ruido que en cierto modo la tranquilizaba.
Su objetivo era que Antonio, quien hace muy poco trabajaba en una editorial, se llevara la historia, la leyera y luego intentara publicarla... era su única esperanza. Para ella, que ya había escrito tanto... publicar esas 300 páginas era su sueño... o más bien, uno de sus sueños, porque tenía muchos y de ellos... vivía. Es verdad, era media egoísta con ese tema, porque no los compartía con casi nadie, salvo con un par de personas. Antonio era una de ellas.
Mientras caminaba despacio por el parque y apretaba con fuerza el borrador contra su pecho, Antonio la esperaba paciente, con la mirada algo perdida y sentado en la misma banca donde hacía exactamente un mes había ido a llorar en silencio... después de aquella tarde en que había perdido todo...
...Si tan sólo se hubiese negado a llevarle una taza de café. Pero eran tan amigos. Si se hubiese resistido a ella, tal como lo venía haciendo desde hacía más de cinco años. Si tan sólo él no los hubiera visto...
De pronto, Antonio se dio cuenta de que estaba a punto de llorar sólo por recordar aquél fatal error. Se secó los ojos con ambas manos y levantó su mirada. A lo lejos, vio a su amiga. La reconoció de inmediato, venía caminando despacio, con temor y llevaba algo entre sus manos... supuso que era el borrador del que habían hablado ayer por teléfono cuando quedaron de juntarse en el Parque Forestal a las tres.
Ella caminaba despacio aquél día de octubre, como queriendo hacer los minutos más largos. No estaba segura de nada, pero este encuentro era su única posibilidad... Sólo tenía que pasarle a Antonio esas 300 páginas impresas que llevaba entre sus manos y que amenazaban con caer producto del nerviosismo. El viento soplaba más fuerte que en un día normal y las hojas hacían un ruido que en cierto modo la tranquilizaba.
Su objetivo era que Antonio, quien hace muy poco trabajaba en una editorial, se llevara la historia, la leyera y luego intentara publicarla... era su única esperanza. Para ella, que ya había escrito tanto... publicar esas 300 páginas era su sueño... o más bien, uno de sus sueños, porque tenía muchos y de ellos... vivía. Es verdad, era media egoísta con ese tema, porque no los compartía con casi nadie, salvo con un par de personas. Antonio era una de ellas.
Mientras caminaba despacio por el parque y apretaba con fuerza el borrador contra su pecho, Antonio la esperaba paciente, con la mirada algo perdida y sentado en la misma banca donde hacía exactamente un mes había ido a llorar en silencio... después de aquella tarde en que había perdido todo...
...Si tan sólo se hubiese negado a llevarle una taza de café. Pero eran tan amigos. Si se hubiese resistido a ella, tal como lo venía haciendo desde hacía más de cinco años. Si tan sólo él no los hubiera visto...
De pronto, Antonio se dio cuenta de que estaba a punto de llorar sólo por recordar aquél fatal error. Se secó los ojos con ambas manos y levantó su mirada. A lo lejos, vio a su amiga. La reconoció de inmediato, venía caminando despacio, con temor y llevaba algo entre sus manos... supuso que era el borrador del que habían hablado ayer por teléfono cuando quedaron de juntarse en el Parque Forestal a las tres.
Para él, este encuentro era una especie de catarsis, la posibilidad de olvidar...
Cuando ella estuvo cerca, él se levantó, dejó atrás los recuerdos, borró de su mente el café... la oficina ... a “ella”... a su amigo que ya no lo era y con un tono alegre la saludó.
- Hola, te estaba esperando... ¿Cómo estás?
- Muy bien ¿y tu? Tienes los ojos llorosos... ¿te sientes bien?
- Sí, es que estoy medio resfriado, pero no importa... bueno ¿y? ¿Dónde está el famoso borrador?...
- No te burles...
- Pero amiga... ¡¡¡Jamás lo haría!!! Son bromas... tu sabes cómo soy... Disculpa, es que ando medio torpe últimamente.
- No importa. Mira Antonio sé que puede ser un poco patudo de mi parte, pero necesito que leas esto y que lo... es decir... si te gusta que intentes publicarlo en la editorial donde trabajas ahora. Me dijiste que te habías ganado un buen puesto ahí aunque no te pagaban tanto como antes...
- Pero no importa la plata amiga... me gusta lo que hago... ¡Y claro que leeré tu historia! ¿De qué se trata?
- Jajajaja... ¡No seas curioso! Léela y sabrás... sólo puedo decirte que se trata de una mujer a la que le gusta escribir, que está enamorada y que intenta a través de las palabras, conquistar al hombre de su vida. Es algo así como una recopilación de cartas no publicadas, que la protagonista decide, en un momento crítico de su vida, mostrarlas...
- Ya... no sigas, sino no lo leeré. En todo caso tiene mucho de ti la protagonista... ¿O me equivoco?
Sin saber lo que esas palabras significaron, Antonio le sonrió. Ella, sólo pudo observarlo en silencio, bajar la cabeza y decirle...
- Algo... puede ser... ¡Pero es una novela Antonio! No seas tonto...
- Estaba bromeando, tranquila...
- Que chistoso.
Luego, como si lo necesitara enormemente, él la abrazó. Ella, quieta entre sus brazos, respiró profundo y rogó para que ese momento no acabara jamás... para que fuera un abrazo eterno, tal como lo describía en aquél borrador. Él, con lágrimas en los ojos, no pudo evitar recordar el café, el azúcar, recordarla a “ella”, recordar su mirada tierna, sus labios, aquél beso y luego... la imagen de su amigo... que ya no lo era.
La apretó más fuerte contra él y agradeció en silencio tener una amiga así. Luego la soltó. Fue entonces cuando ella le preguntó con tono dulce.
- ¿Qué pasa Antonio? Te noto triste. ¿Tanto te afectó dejar tu antiguo trabajo?
- No, no es eso... es que...
- No te quedes con las cosas adentro. Confía en mi, así como yo confío en ti y te traigo una historia.
Luego, en voz baja, casi susurrando, ella dijo...
-Mi historia...
Antonio no escuchó. Estaba complicado. Él siempre había sido chistoso y alegre, pero ahora no podía... sólo pensaba en qué decir...
Cuando ella estuvo cerca, él se levantó, dejó atrás los recuerdos, borró de su mente el café... la oficina ... a “ella”... a su amigo que ya no lo era y con un tono alegre la saludó.
- Hola, te estaba esperando... ¿Cómo estás?
- Muy bien ¿y tu? Tienes los ojos llorosos... ¿te sientes bien?
- Sí, es que estoy medio resfriado, pero no importa... bueno ¿y? ¿Dónde está el famoso borrador?...
- No te burles...
- Pero amiga... ¡¡¡Jamás lo haría!!! Son bromas... tu sabes cómo soy... Disculpa, es que ando medio torpe últimamente.
- No importa. Mira Antonio sé que puede ser un poco patudo de mi parte, pero necesito que leas esto y que lo... es decir... si te gusta que intentes publicarlo en la editorial donde trabajas ahora. Me dijiste que te habías ganado un buen puesto ahí aunque no te pagaban tanto como antes...
- Pero no importa la plata amiga... me gusta lo que hago... ¡Y claro que leeré tu historia! ¿De qué se trata?
- Jajajaja... ¡No seas curioso! Léela y sabrás... sólo puedo decirte que se trata de una mujer a la que le gusta escribir, que está enamorada y que intenta a través de las palabras, conquistar al hombre de su vida. Es algo así como una recopilación de cartas no publicadas, que la protagonista decide, en un momento crítico de su vida, mostrarlas...
- Ya... no sigas, sino no lo leeré. En todo caso tiene mucho de ti la protagonista... ¿O me equivoco?
Sin saber lo que esas palabras significaron, Antonio le sonrió. Ella, sólo pudo observarlo en silencio, bajar la cabeza y decirle...
- Algo... puede ser... ¡Pero es una novela Antonio! No seas tonto...
- Estaba bromeando, tranquila...
- Que chistoso.
Luego, como si lo necesitara enormemente, él la abrazó. Ella, quieta entre sus brazos, respiró profundo y rogó para que ese momento no acabara jamás... para que fuera un abrazo eterno, tal como lo describía en aquél borrador. Él, con lágrimas en los ojos, no pudo evitar recordar el café, el azúcar, recordarla a “ella”, recordar su mirada tierna, sus labios, aquél beso y luego... la imagen de su amigo... que ya no lo era.
La apretó más fuerte contra él y agradeció en silencio tener una amiga así. Luego la soltó. Fue entonces cuando ella le preguntó con tono dulce.
- ¿Qué pasa Antonio? Te noto triste. ¿Tanto te afectó dejar tu antiguo trabajo?
- No, no es eso... es que...
- No te quedes con las cosas adentro. Confía en mi, así como yo confío en ti y te traigo una historia.
Luego, en voz baja, casi susurrando, ella dijo...
-Mi historia...
Antonio no escuchó. Estaba complicado. Él siempre había sido chistoso y alegre, pero ahora no podía... sólo pensaba en qué decir...
De pronto, la posibilidad de contarle a su amiga aquella terrible historia que lo tenía hoy de vuelta en el Parque y con lágrimas en los ojos, ya no resultaba tan absurda, entonces comenzó...
- Amiga... no sé como empezar... pero hace cinco años que amo con locura y en secreto. Me resistí a ella mucho tiempo... pero...
Ella lo escuchaba atenta, erradamente ilusionada y creyendo que por fin su sueño, su historia... se hacía realidad aquella tarde de octubre.
- Amiga... no sé como empezar... pero hace cinco años que amo con locura y en secreto. Me resistí a ella mucho tiempo... pero...
Ella lo escuchaba atenta, erradamente ilusionada y creyendo que por fin su sueño, su historia... se hacía realidad aquella tarde de octubre.
33 comentarios:
quiero saber lo que continua ... ahora!! ya pooo escribe ohhh
me dejas con las ganas... porque eres asiiiii!!!!!
me encanta todo lo que escribes... este es mi nuevo paso obligatorio por internet... te quiero mucho
y me debes un cafe :D
una historia que me hizo recordar a alguien muy especial en mi vida, es dificil ver a alguien y aun mas dar abrazo cuando esa persona fue algo importante en tu vida
y ahora es solo una amistad... lo e sentido creeme, solou que en tu caso los dos callaron mucho tiempo lo que sentian y ahora lo estan dando a conocer
ese instante es hermoso. pero ahora viene la pregunta???
eres tu esa chica de la historia?
besos y un fuerte abrazo
Los espejos no están ausentes, la escitura inconsciente, el otro imaginario que no lo es, el círculo interminable, el desenlace como la coda de un concierto para violín, la "Continuidad en el Parque".
Cariños
Los espejos no están ausentes, la escitura inconsciente, el otro imaginario que no lo es, el círculo interminable, el desenlace como la coda de un concierto para violín, la "Continuidad en el Parque".
Cariños
Sipo. en que continua, te pasaste de egoista :P.
Me dejaste intrigado.
Tengo la misma pregunta de Axel,
¿Eres tu?, por curiosidad solamente.
Volveré
Saludos
Hola Paula!
Nos dejaste a todos con la curiosidad de como sigue la historia. Supongo que ya estás escribiendo lo que sigue, no?:-) jejeje
Me gustó la historia, tiene polenta, así que volveré dentro de unos días a ver si logro leer lo que sigue
Un besho!
Excelente!
Y esperamos más!
Un abrazo!!!
Volviste a la prosa, Paula...y ambientada en un lugar que adoro, como el Parque Forestal.
No sé...hay algo que me vincula con Antonio y con ella a la vez, en diferentes zonas del corazón. La historia tiene un aire a la película Message In a Bottle (con Kevin Costner y Robin Wright), aunque menos fatalista.
Sobre todo con Antonio...tal vez no en el Parque, pero más de una vez me ocurrió que aparenté estar todo tranquilo y una amiga tocó la fibra para irme en banda con el desahogo. Sólo existe el riesgo de que los sentimientos no se crucen; en los primeros años no es tanto...pero si se va por una racha, los temores aumentan.
He creído que la clave de un buen escrito es ambientarse en el lugar y tomar partido por algún personaje; y diste un pleno con ello. Saludos cordiales.
uuyy que linda historia...que hace recordar pasajes de mi vida...........espero que tenga una segunda parte
saludos de mi rincon poetico
y sonó un celular:
"solo yo podría estropear un momento como este"
Yo quiero ser parte de esa historia...
Un beso, chau
Lore
El voyerismo copuchento y literario no deja que la cuirosidad decaiga después de leer la última palabra de esta historia... un corazón roto?... una risa melancólica?... un nuevo amor?... un nuevo best seller?... que sigue???
Yo creo que ahí termina; son historias cortas como de esas que aparecen en las paredes del Metro.
Que bien escribes Paula, si no hay manera de dejar de leer.
Sigue adelante.
hola...
Hermoso, tan hermoso que no puede ser cierto...
cierto?
La llave de tellier, hermoso poema... recuerdo los últimos versos...
"Saldremos en silencio,
sin despertar el tiempo.
Te diré que podremos ser felices."
Entonces.. a veces lo hermoso también puede ser cierto.
Vuelve cuando quieras.
Cierto, a veces la literatura tiene pequeños pedacitos de ese algo interior de quien la escribe. Como a la protagonista de tu breve relato, esta vez de octubre, allí primavera y otoño. Verdad lo que cuentas. Y con cierto aire de que también esa muchacha eres tú, ¿no crees? Bueno, guarda el secreto para contárnoslo otro día...
Pd. Unos buenos amigos chilenos de Madrid, te saludan anónimamente, diciéndome que no pueden dejar de saludar a una muchacha de Nuñoa, el barrio que también les vio nacer a ellos. Así que quedan transmitidos sus saludos (aunque te los mande yo, porque a ellos no les va la cosa esta informática).
Besos desde Madrid.
Luis Q.
www.autobiografiaporescribirluisquinonesc.blogspot.com
aqui pasando a visitarte.. qu tenga un hermoso dia y descansa bien esta noche, dulces suenos
paula te mando un abrazo y besosss
cuidate, con carino
axel.....
Narras de una forma tan amena que se me hizo corto, espero que se hiciera realidad y su novela viera la luz.
Bien lo vale.
Un abrazo.
Paula, siempre que vengo a verte me quedo largo rato, disfrutando de tus letras, de tus historias...
Un beso enorme.
y la llamada del celular decia: "hola, soy sebastián piñera...."
buuu perdio tu msn, lo borre por equivocacion, pero estaria muy agradecido que melo dieras de nuevo siiiii???
te mando besos deseando que estes de maravilla, cuentame como te va en santiago??
cuidate muchooo
irreverente, iconoclasta, libertario
http://telamamaria.blogspot.com
gracias por la visita
Damisela de nombre Paula.
Le dejo mis afectos... y vaya a mi lar...
Una pequeña sorpresita se está oyendo.
HdQ
y
y
y
y
.
.
.
la curiosidad me dice que me quede
y sigo aca
cuando llegas de nuevo?
te beso
quiero agradecerte por esta bella historia que nos has compartido, me ha traido recuerdos y me ha emocionado mucho leerte.
Abrazos
Creo que su novela se publicaria, ya se encargaría él de que así fuera pero, le iba a dar una mala noticia diciéndole que, ella no era el amor que esperaba.
Una historia romática, una bella historia de desamor. Así es como yo la he visto.
Besos,
** MARÍA **
Hola Paula García, colega. Oye me gustó "En secreto". Tiene algo muy interesanto y es el hecho de ocupar el artefacto (en este caso literario) como vehículo de un sentimiento personal. Algo así como a través del dispositivo construir una estrategia hacia el otro. Yo estoy tratando de hacer algo similar pero con un cortometraje. Yo lo defino como "cumplir un sueño a través del cine".
Y por supuesto que quiero saber que continúa?
Ahora, con respecto al texto que leíste en mi blog, puedes preguntar lo que quieres. Responderé.
Paula,
La historia esta genial, yo imagino que como el libro que aquella chica lleva contra su pecho, tu atraves de estas lineas, nos cuentas rafagas de tu vida...
Espero la segunda parte, besos..
creo que he tenido de algunos de esos momentos en mi vida, tal vez no en escenarios tan ideales, pero recuerdo muchos quiebres y "adioses", que aun duelen, aunque en tu historia nunca hubo un principio, pero de antemano ya hubo un adiós, que lo hace incluso mas doloroso. como algunos pedían, yo creo que la historia no necesita un final, es un final abierto y me agrada.
Como siempre un agrado leerte, besos.
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