19 de abril de 2007

Insomnio

No podía soñar. No podía dormir. Sus párpados permanecían arriba, retenidos por alguna fuerza extraña, totalmente desconocida. Luchó... luchó con su cuerpo y sus sentimientos contra “aquello” que no lo dejaba cerrar los ojos, que lo obligaba a levantarse... a caminar casi sonámbulo por el dormitorio, a prender una vela, a beber leche caliente y a mirarse al espejo...
Así, de pie frente a su imagen, lo entendió todo. Su rostro era de madera y dos hilos salían amenazantes desde sus párpados color raulí. Lloró con los ojos abiertos, lloró eternamente, mientras arriba, la multitud aplaudía a aquél tirano que lo mantenía sin sueños.

5 de abril de 2007

En otoño...



Esa extraña necesidad de escribir en otoño,
de plasmar en papel mil palabras,
para decir y dibujar todo entre murmullos.

Todo... porque afuera en la calle,
las hojas luchan por ser parte de una historia,
de esas que son citadinas, santiaguinas.

Historias de otoño tan nuestras que asustan.
Impregnadas de miradas y tristeza,
a veces de alegrías, momentos y sonrisas.

Esa extraña necesidad de caminar en otoño,
de recoger en tres actos una hoja,
de guardarla luego en un libro...

Después de un tiempo encontrarla,
y asombrada escribir con ella una historia,
quizás mía, quizás tuya... ojalá nuestra.

Esa extraña necesidad de escribir en otoño...